La neurociencia avala que el aprendizaje de Música beneficia el
desarrollo cerebral y optimiza los resultados académicos, pero la
asignatura agoniza en Primaria.
Canarias dedica 82,5 minutos semanales de media a la enseñanza de la
Música durante toda la Primaria, desde 1º a 6º, de 6 a 12 años. Le
siguen Cataluña (75), La Rioja (70), Castilla-La Mancha (67,5), Castilla
y León, Aragón, Cantabria, Valencia, Galicia y Extremadura (60),
Asturias (57,5), Euskadi (52,5), Baleares y Navarra (50), y cierran la
tabla Andalucía, Madrid, Murcia y Ceuta y Melilla (45). Por países, a la
cabeza se encuentra Alemania, con 120 minutos semanales (Fuente: COAEM,
2017).
Es horrible limitar las horas de Música, Plástica y Educación Física,
porque son los aprendizajes más transversales que hay. También en
Secundaria, pero especialmente en Primaria, el resto de asignaturas
deberían construirse encima de estas tres». Es una de las frases de un
vídeo que se ha visto en Internet 3,3 millones de veces en seis meses. Y
no sale de boca de ningún juglar, artista o filósofo, que podría ser,
sino de un científico, el biólogo genetista catalán David Bueno, que
canta las excelencias del aprendizaje de estas disciplinas como
potenciadoras del desarrollo del cerebro de los niños y garantía de una
mejora en los resultados académicos del resto de asignaturas. Para
aprovechar estos beneficios, propone básicamente romper con el esquema
actual de enseñanza de Primaria, vertebrado por materias como
Matemáticas, Ciencias, Lengua... para crear un nuevo cuerpo con esas
tres como tronco. Algo así como intercambiar las 'serias' por las
'marías'.
En concreto, según Bueno, «la música es una gimnasia
cerebral, es de las pocas actividades que activan todo el cerebro
simultáneamente; más que resolver una multiplicación. Debería haber
música en todos los niveles, no solo escuchar música, sino tocar música,
un instrumento, el que sea, y cuanto más complejo más se activa el
cerebro. No me refiero al mito de escuchar a Mozart, sino a cualquier
músico». Recuerda que la neurociencia lleva 20 años acumulando estudios
en esta dirección. «Pero hace falta que los que hacen las leyes, los
currículos, se fijen en los avances de la ciencia», añade.
Hace
precisamente dos décadas, el doctor Martin F. Gardiner, director de la
Escuela de Música de Providence (Rhode Island), aseguraba en la revista
científica 'Nature' (1996) que una educación musical y artística
especialmente diseñada podía llevar a mejoras espectaculares en la
lectura y las matemáticas. Lo comprobó con un experimento con niños de
entre 5 y 7 años con malos resultados académicos que, tras haber
recibido clases musicales, igualaron a los mejores en lectura y
superaron a los de matemáticas. Desde entonces, como comenta Bueno, se
amontonan las investigaciones en este sentido.
Paralelamente, las
distintas leyes de Educación en nuestro país han ido relegándola en los
currículos hasta el punto de que la última de ellas, la LOMCE, en la
que estamos inmersos, ni siquiera la considera obligatoria. Mientras,
varios de los países con mejores resultados en el informe PISA tienen
una mayor dedicación musical en el horario escolar que nuestro país,
según la Confederación de Asociaciones de Educación Musical de España
(COAEM).
No se trata de que la materia no despierte el interés, al menos de
los padres; todos los años hay miles de solicitudes para entrar en las
escuelas de Música y conservatorios y pueden llegar al 50% (y hasta al
90%) los niños que se quedan fuera, lo que aboca a las familias a pagar
por una academia privada o, en el peor de los casos, a aparcar la idea.
Además, aquí viene el segundo problema del actual panorama, con la carga
lectiva obligatoria y el avance en contenidos y dedicación de los
conservatorios conforme pasan los años. Lo explica David Bueno: «Como no
está dentro del horario lectivo, son horas que se quitan al juego en
extraescolares de Música y eso puede generar desgana, aburrimiento y
abandono. Por eso hay que incorporarla a la enseñanza reglada de forma
importante». Dicho está, pero... ¿cómo materializar algo tan
revolucionario? «Las horas están pensadas ahora por materias, pero
habría que hacer un cuadro horario para que estando en clase de Mate
pudiera venir el profe de Música a explicar lo mucho que tienen que ver.
O que en la hora de esta asignatura, mientras analizas pentagramas o
tocas, hablemos de progresiones matemáticas».
Hay un puñado de
centros en España que han apostado por los beneficios probados de esta
enseñanza. Centros Integrados de Música se llaman, una figura que no
contemplan todas las comunidades autónomas. La idea es compatibilizar la
enseñanza obligatoria con el aprendizaje académico de la Música.
Ejemplo de ello es el Instituto Escuela Artística Oriol Martorell, de
Barcelona, que este año celebra su 20 aniversario; un centro público
donde los niños salen de Primaria con el grado elemental de Música y al
término de la Secundaria obtienen el grado profesional. Listos, si así
lo desean, para entrar en el Conservario a por el nivel superior.
Su
directora, Montserrat Guri, explica que la idea partió «de un
'conseller' con sensibilidad musical, que con una serie de personas
planificó un centro donde compaginar los estudios de la escuela con los
de Música y Danza en un horario de 9 a 17». Se rodearon de profesores
expertos para desarrollar un currículo y de ahí salió este centro que
funciona «a la manera de las Escuelas Oficiales de Idiomas», es decir,
que aunque es público hay que pagar un dinero, en este caso 650 euros al
año por la Música (unos 65 euros al mes) y 430 por la Danza. Hay prueba
de acceso con 6 años porque no hay plazas para todos, «aunque debería
ser para todos», dice Guri.
En los dos primeros cursos de
Primaria, se prueban en talleres todos los instrumentos y todas las
danzas -desde la clásica a la contemporánea pasando por la española-
para descubrir cualidades. Si un niño en 1º y 2º en un centro
tradicional tiene 25 horas lectivas a la semana, en el Oriol Martorell
dedican entre 21 y 23, a las que suman 8 de Música. Y de algo hay que
quitar, claro; se consigue eliminando las clases optativas y las de
Educación Física, aunque reciben gimnasia adaptada para su instrumento.
En 5º y 6º, el horario se amplía y terminan a las seis. Pero no pierden
el tiempo en desplazamientos a extraescolares.